Lorca No Se Vende
En los últimos años el modelo de desarrollo de nuestra Región, queha diseñado la derecha económica y que está aplicando la derecha política, ha sido abrazado sin complejos de ninguna clase por las autoridades locales de Lorca. Ese modelo, altamente depredador de recursos naturales y culturales, va a provocar toda una serie de impactos de difícil cálculo que afectan a ámbitos tan diversos como el ambiental, el social, el cultural, el económico, el laboral, el de la ordenación del territorio, el del acceso a la vivienda, el de la prestación de servicios públicos esenciales para la ciudadanía, el de la seguridad ciudadana, etc.
Para plasmar ese modelo de desarrollo, los gobiernos regional y local han puesto en marcha toda una batería de normas y actuaciones que van desde la Ley del Suelo, las Directrices del Litoral de la Región de Murcia, la Actuación de Interés Regional de la Marina de Cope, el Plan General Municipal de Ordenación de Lorca, y, por último, el intento de refundición de toda la normativa ambiental existente en la Región de Murcia, en una sola norma que tiene por objetivo eliminar de un plumazo, y sin más criterio que la avaricia, los ya de por sí escasos espacios naturales protegidos de la Región, en su día así declarados por sus valores ecológicos, paisajísticos y científicos.
• Ese es el modelo que hoy nos incrusta sin contemplaciones de ninguna clase una instalación hotelera en el corazón del Castillo de Lorca, destruyendo para siempre hallazgos arqueológicos de incalculable valor para la historia del arte español, y distorsionando de modo brutal el mejor paisaje histórico de Lorca.
• Ese modelo es el que salpica el mapa de Lorca de convenios urbanísticos que se ciernen sobre nuestros mejores paisajes, sobre nuestras sierras, sobre nuestras pedanías y núcleos rurales. Unos convenios urbanísticos que firman el Ayuntamiento de esta localidad y promotores inmobiliarios diversos, para desarrollar un urbanismo a la carta, alejado de cualquier criterio de racionalidad urbanística, depredador de suelo, acuíferos y recursos públicos, que amenaza con crecimientos de población monstruosos y difícilmente digeribles, que ayuda a incrementar el disparatado precio de unas viviendas que hipotecan la vida de centenares de jóvenes lorquinos, que amenaza con guerras de agua y desorbitados incrementos de sus precios. Y todo ello, para que una pequeña elite insolidaria siga engordando económicamente con el ladrillo y el campo de golf, y siga haciendo privadas sus ganancias y públicos sus perjuicios.
• Ese es el modelo que exige solidaridad en forma de agua a otras regiones de España, para seguir aquí descabezando montañas, destruyendo playas, contaminando paisajes, domesticando ramblas, explotando a inmigrantes, rompiendo culturas,atrayendo mafias, espantando pájaros y pelando sierras.
• Ese es el modelo que expropia la tierra, las viviendas, los cultivos, el modo de vida, y la cultura, a centenares de agricultores afectados por una socialmente innecesaria autopista de pago entre Cartagena y Vera, cuyo objetivo es llenar de ladrillo todos los paisajes litorales situados entre ambos municipios.
• Y, en fin, ese es el modelo que hoy se cierne sobre un espacio natural tan querido por nosotros como el Parque Regional Cabo Cope-Calnegre. El más emblemático de nuestros espacios naturales. Un territorio salvaje, lleno de vida, de paisajes, de reliquias botánicas que se extinguen, de amaneceres, de pájaros protegidos por unas leyes, que se pretenden cambiar para proteger pajarracos de otro plumaje. Un espacio natural por el que llevamos más de 30 años batallando frente a las empresas nucleares, a los especuladores, a los gobiernos nacionales, regionales y locales, a las mafias… Todas batallas de una guerra que no damos por perdida y a la que te llamamos a pelear con nosotros y frente a ellos.
• Por ti, por las generaciones que hoy habitamos este rincón del planeta y por las que lo habitarán mañana, por la dignidad de un pueblo, por los paisajes en los que hemos crecido y vivido, por el desarrollo con sostenibilidad, por los hombres y mujeres de las pedanías litorales de Lorca y Águilas, por la flora que se extingue, por las playas naturales en las que hoy cabemos todos y mañana podrían ser de unos pocos, por los amaneceres despejados de Calnegre, por las lomas de pizarra y los acantilados de lava, por la brisa de la marina, por los palmitos del Lomo de Bas, por el ecosistema de las torturas moras, por la contemplación del peñón de Cope, por los pescadores, por los agricultores expropiados, por las praderas de poseidonia, por las gaviotas sin partido, POR…
Para plasmar ese modelo de desarrollo, los gobiernos regional y local han puesto en marcha toda una batería de normas y actuaciones que van desde la Ley del Suelo, las Directrices del Litoral de la Región de Murcia, la Actuación de Interés Regional de la Marina de Cope, el Plan General Municipal de Ordenación de Lorca, y, por último, el intento de refundición de toda la normativa ambiental existente en la Región de Murcia, en una sola norma que tiene por objetivo eliminar de un plumazo, y sin más criterio que la avaricia, los ya de por sí escasos espacios naturales protegidos de la Región, en su día así declarados por sus valores ecológicos, paisajísticos y científicos.
• Ese es el modelo que hoy nos incrusta sin contemplaciones de ninguna clase una instalación hotelera en el corazón del Castillo de Lorca, destruyendo para siempre hallazgos arqueológicos de incalculable valor para la historia del arte español, y distorsionando de modo brutal el mejor paisaje histórico de Lorca.
• Ese modelo es el que salpica el mapa de Lorca de convenios urbanísticos que se ciernen sobre nuestros mejores paisajes, sobre nuestras sierras, sobre nuestras pedanías y núcleos rurales. Unos convenios urbanísticos que firman el Ayuntamiento de esta localidad y promotores inmobiliarios diversos, para desarrollar un urbanismo a la carta, alejado de cualquier criterio de racionalidad urbanística, depredador de suelo, acuíferos y recursos públicos, que amenaza con crecimientos de población monstruosos y difícilmente digeribles, que ayuda a incrementar el disparatado precio de unas viviendas que hipotecan la vida de centenares de jóvenes lorquinos, que amenaza con guerras de agua y desorbitados incrementos de sus precios. Y todo ello, para que una pequeña elite insolidaria siga engordando económicamente con el ladrillo y el campo de golf, y siga haciendo privadas sus ganancias y públicos sus perjuicios.
• Ese es el modelo que exige solidaridad en forma de agua a otras regiones de España, para seguir aquí descabezando montañas, destruyendo playas, contaminando paisajes, domesticando ramblas, explotando a inmigrantes, rompiendo culturas,atrayendo mafias, espantando pájaros y pelando sierras.
• Ese es el modelo que expropia la tierra, las viviendas, los cultivos, el modo de vida, y la cultura, a centenares de agricultores afectados por una socialmente innecesaria autopista de pago entre Cartagena y Vera, cuyo objetivo es llenar de ladrillo todos los paisajes litorales situados entre ambos municipios.
• Y, en fin, ese es el modelo que hoy se cierne sobre un espacio natural tan querido por nosotros como el Parque Regional Cabo Cope-Calnegre. El más emblemático de nuestros espacios naturales. Un territorio salvaje, lleno de vida, de paisajes, de reliquias botánicas que se extinguen, de amaneceres, de pájaros protegidos por unas leyes, que se pretenden cambiar para proteger pajarracos de otro plumaje. Un espacio natural por el que llevamos más de 30 años batallando frente a las empresas nucleares, a los especuladores, a los gobiernos nacionales, regionales y locales, a las mafias… Todas batallas de una guerra que no damos por perdida y a la que te llamamos a pelear con nosotros y frente a ellos.
• Por ti, por las generaciones que hoy habitamos este rincón del planeta y por las que lo habitarán mañana, por la dignidad de un pueblo, por los paisajes en los que hemos crecido y vivido, por el desarrollo con sostenibilidad, por los hombres y mujeres de las pedanías litorales de Lorca y Águilas, por la flora que se extingue, por las playas naturales en las que hoy cabemos todos y mañana podrían ser de unos pocos, por los amaneceres despejados de Calnegre, por las lomas de pizarra y los acantilados de lava, por la brisa de la marina, por los palmitos del Lomo de Bas, por el ecosistema de las torturas moras, por la contemplación del peñón de Cope, por los pescadores, por los agricultores expropiados, por las praderas de poseidonia, por las gaviotas sin partido, POR…
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